México del Norte
Por Jorge Mújica Murias

… que mal acompañados”, reza el dicho popular, y rezan los congresistas Demócratas al entrar a la recta final para las elecciones primarias y después las intermedias de 2014. Y al que quieren dejar solo es a su supuesto líder, don Barack Obama.

Es un cambio radical, pero sencillo de explicar. Obama está en su nivel más bajo de popularidad en toda su historia, un ridículo 41 por ciento, y su declive parece no acabar. Según la encuestadora Gallup, su aprobación entre los latinos está en camino al precipicio, de 75 por ciento el año pasado a solamente 52 en la actualidad. Desde el Obamacare hasta la “reforma migratoria”, Obama los ha desilusionado con su política administrativa.

Una de las desilusiones más importantes es su terquedad en deportar inmigrantes indocumentados. Rompió el récord de deportaciones de todos los tiempos, y va rayando los 2 millones, aunque parece que se le están acabando. Según reporta la Migra por medio de su vocera Bárbara González, apenas llegaron a los 343 mil 20 deportados en 2013. Son, por supuesto, un chorro, y representan cientos de miles de familias divididas, pero son mucho menos que los 409 mil 900 del año anterior.

Pero todavía son muchos, y los Demócratas están preocupados de que los electores latinos les cobren el numerito en las elecciones. Una cosa es acusar a los Republicanos de que “por su culpa no hay reforma migratoria”, y otra es enfrentar votantes enojados con Obama por sus 2 millones de deportaciones y sus criminales separaciones obligadas de las familias trabajadoras.

Sus argumentos de que “cada vez deportan más criminales y menos inocentes” y sus tibias recomendaciones de no deportar mujeres embarazadas y ejercer la “discreción” para no sacar del país gente inocente no convencen a nadie. Por eso la jefaza de la minoría Demócrata Nancy Pelosi tomó cartas en el asunto y declaró que “he visto deportaciones que eran completamente injustificadas”. Según Pelosi, Obama debía ser menos “agresivo” con los inmigrantes. Más aún, el vocero de Pelosi “aclaró” que lo que quiso decir su jefa fue que cree que “estar en el país sin documentos no debe ameritar una deportación”.

Blancas Palomitas

Para mí. Lo que en realidad quiso decir Pelosi es que si el barco de Obama se hunde, mejor que se hunda solito. Total, Obama no tiene nada que perder. Tres años más como presidente y pensión pa’ toda su vida. Pero el Partido Demócrata podría no ganar las elecciones intermedias y las presidenciales en dos años más. Distanciarse de un Obama en desgracia no es una traición, sino un movimiento político de sentido común.

Hay un momento, según Ralph Sonenshein, director del Instituto Pat Brown de Estudios Políticos en Los Ángeles, en que “culpar a los republicanos deja de ser una buena excusa. En algún momento del año próximo los demócratas tienen que actuar y el Presidente tiene que actuar ya que los demócratas en la Cámara no pueden solos”. Agrega Sonenshein que una baja participación latina en las elecciones sería muy problemática para los Demócratas. Una “acción en inmigración luce como la única manera de evitar eso”.

La esperanza de Pelosi, y de 29 Congresistas que le mandaron una carta a Obama pidiéndole que pare las deportaciones, es hacer creer a la comunidad que con más Demócratas en el Congreso se resolverá la cuestión de la inmigración. En su carta, los legisladores piden una Acción Diferida para todos los indocumentados, y van más allá, con frases como “No podemos seguir siendo testigos de cómo los potenciales futuros ciudadanos sufren la agonía de las deportaciones cuando su legalización puede estar a la vuelta de la esquina”.

Es como para llorar, pero de la risa.

En 2009, el primer año de Obama, la mayoría Demócrata en las dos cámaras del Congreso aumentó el número mínimo de indocumentados que deben estar detenidos cada día en Estados Unidos a 34 mil. Bajo Bush, el número era de 20 mil. La mayoría Demócrata no benefició a los inmigrantes, sino a compañías como el GEO Group Inc, que administra cárceles federales en todo el país. En 2008, la Migra le pagó a GEO por concepto de “retener” migrantes, 114 millones de dólares. Con el aumento del número a 34 mil por día, este año la Migra le ha pagado a GEO 257 millones.

“Con la propuesta de reforma migratoria que aprobó el Senado”, dice el analista de inversiones Kevin Campbell, quien monitorea las ganancias de las cárceles, “el número diario de detenidos aumentaría otros 14 mil para 2018 si llega a ser ley. Uno piensa que la reforma migratoria significaría menos gente perseguida por su estado migratorio, pero será exactamente al revés”.

Para aprobar eso las ratas abandonan ahora el barco de Obama…

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