Una coalición de grupos de Los Ángeles recorrió parte de San Ysidro con una manta de por lo menos 100 pies de largo con la que demandó que dejen sus cargos el presidente Donald Trump y el vicepresidente Mike Pence.

Michelle Chai, del grupo Refuse Fascism, dijo que la protesta fue en respuesta al uso de gases lacrimógenos de patrulleros fronterizos contra migrantes, incluidos madres y niños pequeños el 25 de noviembre.

La activista dijo que para su grupo “esa acción es muestra de fascismo que empieza a caracterizar” a la administración del presidente Trump.

Al concentrarse en la esquina de San Ysidro Boulevard y Rail Court, el grupo indicó que los migrantes de la caravana “que se encuentran a escasas dos millas de aquí, han tenido que llegar hasta la frontera en busca de asilo debido a políticas del gobierno de Estados Unidos, que ha apoyado golpes” militares en Centroamérica.

Los manifestantes desplegaron luego frente a la terminal del Troley la extensa manta bilingüe. El despliegue llamó la atención de transeúntes y de empleados de seguridad que cuidan del sistema de transporte colectivo, quienes se enfocaron en impedir que activistas y curiosos traspasaran la línea amarilla de seguridad del transporte eléctrico.

Al grupo inicial de Refuse Fascism se unieron otros activistas que se identificaron como miembros de una organización comunista. Ambas agrupaciones ignoraron un ofrecimiento de un oficial de policía para dialogar sobre la marcha por San Ysidro.

Al final se integraron algunos activistas del condado de San Diego.

Al menos 30 manifestantes recorrieron con la manta el final del este de San Ysidro Boulevard, frente a la terminal del Troley, la entrada del paso peatonal este o PedEast, el puente hacia el centro comercial fronterizo, pasaron por el ingreso a la garita peatonal del oeste o PedWest y concluyeron el recorrido a escasos pies del muro fronterizo en San Ysidro.

La parte de la manta en inglés decía que “Trump/Pence must go”, pero la versión en español fue un poco más extensa. Decía que “Trump/Pence tienen que largarse”.

Aunque los manifestantes invitaban a sumarse al público, que curioso es tomaba fotos y filmaba con celulares, nadie más se unió a la marcha.

La señora Graciela García dijo al cruzar por PedEast que “ojalá y por esta protesta no vayan a cerrar nuevamente San Ysidro”.

Algunos comerciantes también preguntaban con alguna preocupación si los manifestantes planeaban acercarse a la garita o cruzar la frontera rumbo a Tijuana.

El plan inicial de la protesta era colgar la manta al final de San Ysidro Boulevard frente a la terminal del Troley, según un comunicado. Pero al confirmar que la seguridad del transporte podría impedir esa acción, el grupo optó por marchar.

La marcha concluyó sin incidentes excepto por el contrario protestas espontáneas de transeúntes que expresaron su disgusto.

Un reportero independiente de San Diego que siguió momentáneamente la marcha, John Friend, dijo que estaba en desacuerdo con lo que expuso la manifestación, porque va en contra de los valores de Estados Unidos.

También se quejó de que trató de dialogar con algunos de los manifestantes pero lo ignoraron.