José Cruz es originario de Puerto Rico y emigró a Estados Unidos cuando tenía tres años junto con su madre y su hermano en busca de una mejor vida.
Aunque es ciudadano estadounidense, por haber nacido en Puerto Rico, José no hablaba inglés cuando llegó a San Diego. No hablar inglés lo hizo que se sintiera como si estuviera en una casa ajena mientras crecía.
Esa experiencia fue lo que lo inspiró a hacer lo que hace ahora, a ser Director Ejecutivo de Barrio Logan College Institute.
“Nunca me acoplé al 100 por ciento aquí en San Diego. Fue hasta hace poco que empecé a trabajar con la comunidad latina  y encontré esa conexión que por mucho tiempo no sentí”, compartió Cruz. “Por medio de mi educación aprendí que soy parte de esta comunidad. Tengo la responsabilidad de ser vocero y participar en el sistema democrático de Estados Unidos”.
Jose Cruz creció en la comunidad de City Heights. La familia de Cruz dependía de la ayuda del gobierno para poder tener comida sobre la mesa. Su madre tuvo muchos empleos diferentes, todos de poca paga.  Eventualmente la madre de Cruz  decidió enfocarse en un puesto de asistente de enfermera.
La situación de crecer en una familia de bajos recursos fue algo que sus amigos también experimentaron. Muchos de ellos optaron por dejar de estudiar la preparatoria para encontrar un trabajo.
Cuando Cruz estaba en la preparatoria, el fue presidente de una organización estudiantil que se llamaba Sí se Puede,  esta se enfocaba en inspirar a los estudiantes latinos  que siguieran estudiando, y mejorarán sus condiciones de vida en Estados Unidos.
José fue el único de sus amigos, así como el primero en su familia en ingresar a la universidad. Tener primos y familiares en Puerto Rico que ingresaron a la universidad, fue parte de su aspiración a la educación superior.
“Desde la preparatoria yo tenía la pasión de inspirar a los latinos”, comentó. “Yo entré a la universidad porque varias personas creyeron en mí. Yo no sabía cuales eran los pasos a seguir, pero mis consejeros en la escuela me ayudaron”.
Estudió psicología y español en la Universidad Estatal de San Diego (SDSU, por sus siglas en inglés). En la universidad fue cuando empezó a preguntarse por qué fue el único de sus amigos que llegó a la universidad. Cruz realizó una investigación sobre la identidad latina y la relación de los latinos con los logros académicos.
“Empecé a involucrarme en investigaciones para tratar de entender como algunos latinos se podían identificar con la educación, y otros no”, “Lo que encontramos en esas investigaciones, fue que los latinos que tenían ejemplos de personas con las que se podían identificar, lograban el éxito académicamente”.
Cruz pensó que después de la universidad iba a estudiar un doctorado, él quería llegar a ser un profesor en la universidad y publicar libros sobre las investigaciones de la identidad de los latinos. Sin embargo, también quiso saber cómo podía implementar esas investigaciones, lo que lo llevó a la Universidad de Harvard.
En Harvard estudió una maestría sobre programas comunitarios de prevención que pueden ayudar a estudiantes en riesgo.
Al terminar sus estudios universitarios y de posgrado, regresó a San Diego. Al regresar, se desempeñó como Director de Programa en la Escuela de Medicina, de la Universidad de California en San Diego (UCSD, por sus siglas en inglés). Del 2005 al 2009 estuvo encargado del Programa de Oportunidades de Carreras en el Sector de Salud en UCSD, que ayudaba a preparar a estudiantes de bajos recursos para que estudiaran carreras en el sector de salud.
A finales del 2009, fue cuando obtuvo la oportunidad de trabajar en Barrio Logan College Institute (BLCI, por sus siglas en inglés).
“Por muchas razones yo sentía que en esta organización era donde tenía que estar. El 100 por ciento de los estudiantes con los que trabajamos en BLCI son latinos. Empezamos a trabajar con estudiantes desde que están en tercer grado, previniendo deserción académica, problemas sociales, y la pobreza en futuras generaciones” comentó. “A los estudiantes les enseñamos que si hay modelos a seguir. Todos los que trabajamos en BLCI somos los primeros de nuestras familias en estudiar la universidad. Muchos venimos de bajos recursos y somos modelos para ellos. Los estudiantes también terminan siendo modelos para los nuevos estudiantes”.
La primera meta de Cruz en BLCI fue incrementar los fondos de la organización. Cuando llegó a su puesto tenía un presupuesto de $500,000 dólares al año, ahora tiene un presupuesto anual de $1.5 millones de dólares. Además, cuando Cruz empezó su empleo en BLCI, se contaba con 160 estudiantes, ahora son 400 estudiantes los que atienden el BLCI.
Hasta la fecha el 100 por ciento de los estudiantes de preparatoria que estudian en BLCI han ingresado a la universidad. Y más del 90 por ciento de esos estudiantes se han graduado de la universidad o siguen estudiando.
En BLCI, se cuenta con varias historias de éxito.  Una de estas es la del estudiante Francisco “Panchito” Martínez. Hubo un momento en el que Panchito no quería estudiar en la universidad, a pesar de que ya tenía siete años en BLCI. Él quería dejar de estudiar para crear cambios en su comunidad. Fue  entonces que a Panchito se le enseñó en BLCI que podía estudiar la universidad y así crear cambios en su comunidad. Ahora Panchito es un estudiante de SDSU, al mismo tiempo que trabaja como especialista en líderes en BLCI.
Por medio de los programas de liderazgo en BLCI, se ha forjado la necesidad de que los estudiantes regresen a sus comunidades, y que utilicen su educación académica para aportar algo positivo para su comunidad y a la sociedad en general.
La siguiente meta de Cruz  es encontrar instalaciones propias para la organización. Actualmente, BLCI se encuentra ubicado dentro de las instalaciones de la Escuela Monarch, en Barrio Logan.
“Necesitamos ayuda de nuestros líderes políticos, de negocios y la comunidad, para que esta organización no desaparezca”, comentó. “BLCI es muy importante para la comunidad”.