Los efectos de la posible renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, por sus siglas en inglés) fue el tema central durante un simposio realizado esta semana por el Centro de Estudios de México y Estados Unidos de la Universidad de California en San Diego (UCSD).

El presidente Donald Trump ha insinuado su intención de revocar el acuerdo que fuera firmado en 1994, ya que considera ha perjudicado a la industria manufacturera de Estados Unidos. Si bien es cierto que este rubro ha mostrado un declive en su nómina en los últimos veinte años, analistas lo adjudican en mayor medida a la automatización y uso de nuevas tecnologías.

Durante la conferencia  denominada El futuro de la alianza económica de Norteamérica, economistas y autoridades de ambos lados de la frontera, señalaron que la debilitación de este acuerdo comercial afectaría a negocios que dependen de la relación comercial con México.

En presencia, una empresa norteamericana con presencia en los dos países emplea a 25 mil trabajadores en Estados Unidos y cerca de mil 300 en México. Las ventajas de competitividad que ofrece el acuerdo comercial ha propiciado la generación de empleos y se estima que por cada 100 trabajos que estas compañías crean en México, se generan 250 más en la Unión Americana.  

En 2014, empresas estadounidenses en México vendieron 292 mil millones de dólares en mercancías y servicios y dieron empleo a 1.5 millones de trabajadores mexicanos, un aumento significativo si se considera que en 1990, se generaron ventas por 32 mil millones de dólares y 550 mil empleos.

Por otro lado, si Estados Unidos opta por salir del tratado, los más perjudicados serían los consumidores, quienes ahora pagarían más por mercancías y servicios, además de miles de trabajadores que dependen de esta relación comercial, señaló Gordon Hanson,  catedrático de UCSD.

“Los trabajadores también se verían afectados, los que trabajan en maquiladoras en la frontera enfrentarían menor demanda de trabajo”, declaró al término de una de las conferencias. “En el lado estadounidense pasaría algo similar y trabajadores de compañías que dependen de México como socio comercial verían menores prospectos de negocios, ventas, contrataciones y salarios”.

David Shirk, director del programa Justicia en México de la Universidad de San Diego (USD) señaló que ante el peor escenario, se perdería una oportunidad para que los tres países involucrados -Estados Unidos, Canadá y México- continúen como la primera región económica integrada del mundo.

“Lo hemos construido sobre 20 años y si decidimos destruirlo en los próximos cuatro años, yo personalmente creo que implica el inicio del declive de Estados Unidos como el primer poder mundial económicamente hablando”, refirió el analista.

En San Diego, se estima que el comercio transfronterizo genera ganancias de más de 90 mil millones de dólares cada año para la región binacional.

Para el senador mexicano, Antonio Ríos Piter aún no están dadas las condiciones para una renegociación del tratado que beneficie a ambas partes.

“Como en toda negociación debe haber un ganar-ganar”, subrayó el legislador quien estuvo de visita en San Diego.

“Yo soy de los que he planteado que más vale que Estados Unidos diga nos salimos del tratado y que nos quedemos amparados por la Organización Mundial de Comercio en lugar de estarle siguiendo el juego a alguien que ha demostrado continuamente no solamente una terrible hostilidad sino que lo que quiere es deshacer en beneficio solamente de una de las partes un tratado que evidentemente ha sido positivo para los dos lados”.

El gobierno de México contempla que será hasta mediados de año cuando se lleven a cabo las renegociaciones entre los tres países. El Secretario de Economía, Ildefonso Guajardo ha advertido que su país estaría en contra de cualquier arancel que se quiera imponer a productos mexicanos.