La prensa
Uber banner

La Vida en Prisión

Created: 16 September, 2016
Updated: 13 September, 2023
-
2 min read

Recibieron su sentencia, les otorgaron un uniforme y les asignaron una celda. Algunos no sólo perdieron su libertad, sino hasta su voluntad. Pero muchos de ellos jamás imaginaron que en prisión encontrarán una segunda oportunidad de vida, no sólo de rehabilitarse, sino de convertirse en profesionistas.

A escasos metros de la frontera con México, se ubica la Prisión Estatal R.J. Donovan, la única de su tipo en San Diego. Sus 800 acres albergan a más de 3 mil reos masculinos, de los cuales el 70 por ciento se incorporaron al mundo laboral penitenciario, lo que les otorga múltiples beneficios, pues además de contar con un salario fijo, reciben alimentos especiales y acumulan puntos de buena conducta para reducir su condena, lo que los motiva a reivindicarse.

Estos reos pueden elegir ser conserjes, plomeros, panaderos, hasta profesores y bomberos.

Un claro ejemplo es el de José, quien ha pasado 24 años tras las rejas. Con el objetivo de salir adelante, José ya estudió dos licenciaturas dentro de la prisión y ahora se dedica a entrenar animales para los veteranos heridos en combate, una actividad que se ha convertido en un escaparate de su realidad.

“Sí, ya llevo dos profesiones. No sé ya ni cuánto tiempo me queda aquí pero ya no pienso en eso, mejor trato de esforzarme en lo que puedo”, cuenta José. “He estado en otras dos prisiones más, pero ésta es la mejor. Desde que llegué aquí me he querido superar, por eso ahora me dedico a entrenar perros”.

A Carlos le queda un año para cumplir la pena de 15 años que le fue consignada. Él espera con ansias abrazar a su pequeña hija de un año de edad, por lo que trabaja arduamente en la construcción. Una vez que sea liberado, buscará trabajo en esa área, ya que se siente seguro de poder conseguirlo gracias a las bases que ya adquirió.

‘‘Ya sólo me falta un año, no puedo esperar para conocer a mi bebita, estoy ansioso, así que lo que estoy haciendo ahorita es aprender mucho sobre la construcción”, destacó Carlos. “También me gustaría ser electricista. Me siento listo y capacitado y cuando salga encontraré trabajo en eso para convertirse en el pilar de mi familia”.

La construcción es el área mejor pagada, a 1 dólar por hora en una jornada de ocho horas. Cómo requisito para incorporarse, los reos deben contar con estudios que la misma prisión les ofrece.

Hay otras áreas en las que los reos no necesitan contar con estudios, como el área de lavandería y panadería, en donde la paga mínima es de 50 centavos por hora.

Más de un centenar de ocupaciones, una sola decisión.