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El Último Clavo

Created: 15 November, 2013
Updated: 28 July, 2022
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4 min read

México del Norte
Por Jorge Mújica Murias

Dice la sabiduría popular que para cerrar una puerta se necesita que esté abierta, y para apagar una vela se necesita que esté prendida.

Pero en la política no hay tal lógica. Según un reciente artículo de Russell Berman, publicado en The Hill, titulado “Cómo murió la reforma migratoria” (How Immigration Reform Died), la tal “reforma migratoria” de 2013 ha estado prácticamente muerta desde mayo, poco después de que el Senado aprobó su iniciativa 744. No lo digo yo ni lo dice Berman, sino que son las declaraciones de los congresistas Luis Gutiérrez y Xavier Becerra , entre otros. En una docena de entrevistas, Berman aclara la poca participación de la Casa Blanca, las concesiones del Demócrata al Republicano y los pleitos internos que llevaron al fracaso total de la supuesta “ruta a la ciudadanía”. Más aún, Becerra admite abiertamente que “sabíamos que no todos se iban a poder legalizar pero pensamos que era justo”.

El mismo Gutiérrez admite que cuando el Republicano Raúl Labrador abandonó la “pandilla de los 8” de la Casa de Representantes, el comité que negociaba la reforma, “todos dijeron que seguíamos vivos pero no creo que lo estábamos”. La admisión es aterrorizante, porque equivale a admitir que todo lo que Gutiérrez y los grupos que apoyan la S744, los “arrestos masivos”, y las “desobediencias civiles” y las manifestaciones del pasado mes de octubre no han sido más que una asquerosa farsa a costa de la necesidad de millones de inmigrantes indocumentados que esperaban la legalización.

Por eso la llamamos la “reforma zombi”, porque estaba muerta pero la hicieron caminar durante medio año.

Y como a los muertos no se les puede matar, tendremos que tomar entonces las últimas declaraciones de esta semana de John Boehner, líder de la mayoría Republicana y Kevin McCarthy, segundo de a bordo, como clavos en el ataúd, algo así como la estaca en el corazón del vampiro-zombi, para que deje de moverse.

No hay reforma migratoria. La S744 está muerta y punto.

El Turno de Obama

Le toca el turno a Barack Obama. En el mismo artículo, la directora del Comité de Políticas Internas de la Casa Blanca, Cecilia Muñoz , admite que “tratamos de ser útiles pero de no imponer criterios”, y que estuvieron completamente fuera de las negociaciones. De hecho, la Casa Blanca ni siquiera se enteró de los detalles de la iniciativa S744 hasta que la aprobó el Senado.

El papel del Presidente del país más poderoso del mundo entonces, ha sido más o menos como el del papel de baño. Se ha limitado a ejercer con toda su fuerza lo más sucio de la actual ley migratoria y ha llegado a los dos millones de deportados.

Y para más, Luis Gutiérrez admite que en lo poco que se metió la Casa Blanca fue en asegurar que podría implementar el nefasto programa E-Verify en tres años, propuesta a favor de la cual Gutiérrez luchó a brazo partido en contra de Becerra, y sin el cual no habría legalización y esta no se iniciaría hasta dos años después de que se aprobara la ley. En otras palabras, todo lo que hemos escuchado de que el “camino a la ciudadanía” llevaría 13 años es falso, porque serían por lo menos 15 ó 16. Habría que pedirle explicaciones a las organizaciones que difundieron y mantuvieron la mentira durante más de medio año.

Pero por ahora le toca a Obama hacer algo. Su política de deportar millones de inmigrantes para contentar a los Republicanos no funcionó y si logró que millones de niños se quedaran sin sus padres, que muchas familias perdieran sus fuentes de ingresos y de trabajos, que nuestras comunidades se hundieran aún más en la miseria.

Además de exigirle cuentas claras a los proponentes de la mentira del “camino a la ciudadanía”, es hora de exigirle, más que nunca, a Barack Obama, que reconozca su derrota y se ponga a mano con los inmigrantes.

Si todo era una farsa y lo único que ahora buscan los Demócratas y los Republicanos son votos para las próximas elecciones, es hora de decirle que no los van a obtener. Si no paran las deportaciones no deben de conseguir nuestros votos en el 2014. Y si no paran la farsa y las mentiras, no habrá chances de mayoría Demócrata en la Casa de Representantes en 2014.

Y sin legalización completa, tampoco habrá Hillary 2016.

Contacto Jorge Mújica Murias e jmujicam@gmail.com